Los Residuos de la Construcción: Clasificación y normativa


¿Qué son los RCD?

Cualquier sustancia u objeto que cumpla las siguientes condiciones:

  • Condición de residuo (establecida por el art. 3 de la Ley 22/2011 de 28 de julio de residuos y suelos contaminados): Que su poseedor lo deseche o tenga la intención u obligación de desechar.
  • Que se genere en una obra de construcción y demolición.

Clasificación de los RCD

Los residuos se pueden clasificar en cuatro categorías, facilitando a las Entidades Locales el establecimiento de las correspondientes ordenanzas:

a) Categoría I: Residuos de construcción y demolición, que contienen sustancias peligrosas según se describen en la Lista Europea de Residuos aprobada por Orden MAM/304/2002, de 8 de febrero, por la que se publican las operaciones de valorización y eliminación de residuos y cuya producción se realice en una obra de construcción y/o demolición.

 b) Categoría II: Residuos inertes de construcción y demolición sucio, es aquel no seleccionado en origen y que no permite, a priori, una buena valorización al presentarse en forma de mezcla heterogénea de residuos inertes.

c) Categoría III: Residuos inertes de construcción y demolición limpio, es aquel seleccionado en origen y entregado de forma separada, facilitando su valorización, y correspondiente a alguno de los siguientes grupos:

  • Hormigones, morteros, piedras y áridos naturales mezclados.
  • Ladrillos, azulejos y otros cerámicos.

d) Categoría IV: Los residuos comprendidos en esta categoría, serán residuos inertes, adecuados para su uso en obras de restauración, acondicionamiento y relleno o con fines de construcción, y deberán responder a alguna de las siguientes características:

  • El rechazo inerte, derivado de procesos de reciclado de residuos de construcción y demolición que, aunque no cumplan con los requisitos establecidos por la legislación sectorial aplicable a determinados materiales de construcción, sean aptos para su uso en obras de restauración, acondicionamiento y relleno.

  • Aquellos otros residuos inertes de construcción y demolición cuando sean declarados adecuados para restauración, acondicionamiento y relleno, mediante resolución del órgano competente en materia ambiental o del órgano competente en materia de minas cuando la restauración, acondicionamiento y relleno esté relacionada con actividades mineras.

Agentes implicados en la gestión de los RCD

Productor: Será considerado productor de residuos de construcción y demolición, la persona física o jurídica, ya sea de naturaleza pública o privada, que realice las actividades generadoras de residuos de construcción y demolición o efectúe operaciones de tratamiento previo, de mezcla u otro tipo que ocasionen un cambio de naturaleza o de composición de estos residuos (persona titular de una licencia urbanística, aunque si se trata de obras de construcción y demolición que no precisen licencia urbanística, el productor será el propietario del inmueble objeto de dichas obras).

Entre sus principales obligaciones se encuentra incluir en el proyecto de ejecución de la obra un estudio de gestión de residuos de construcción y demolición, y constituir la fianza u otra garantía financiera equivalente ante el Ayuntamiento correspondiente, que asegure el cumplimiento de los requisitos establecidos en la licencia urbanística, en relación con los residuos de construcción y demolición.

Poseedor: Persona física o jurídica que efectúe las operaciones de derribo, construcción, reforma, excavación u otras operaciones generadoras de los residuos, o la persona que los tenga en su poder y no ostente la condición de gestor de residuos de construcción y demolición (quedarán excluidos de la definición de poseedor los trabajadores que realicen actividades por cuenta ajena).

Su principal obligación es entregar los residuos de construcción y demolición a un gestor registrado.

Gestor: La persona o entidad, pública o privada, registrada mediante autorización (instalaciones) o comunicación (operaciones de gestión sin instalación asociada), que realice cualquiera de las operaciones que componen la gestión de los residuos, sea o no el productor de los mismos.

Normativa aplicable a los RCD

Real Decreto 105/2008, de 1 de febrero, por el que se regula la producción y gestión de los residuos de construcción y demolición.

Instalaciones de una planta para la obtención de los RCD

Las instalaciones de reciclaje se construyen en dos versiones: fijas y móviles. El principio de funcionamiento de ambas es el mismo. Se trata de combinar procesos de machaqueo del escombro recibido con cribados, por tamaño. Todo ello según sea el material recibido y el producto que desea obtenerse. En ambos casos, los tipos de escombros tratables son los de material cerámico, asfálticos, hormigón en masa, armado y prefabricado, mezclas de tierras y piedras naturales.

Las instalaciones fijas se diseñan para dar un servicio continuo a una zona concreta. Por ello es imprescindible contar con una ubicación relativamente céntrica en el ámbito geográfico de producción de escombros, para disminuir los costes de transporte y, por otro lado, un apoyo desde las administraciones que deben obligar, a través de licencias de obra, etc. a los transportistas de escombros a descargar los residuos en estas plantas, abonando un canon, que deben repercutir en el coste de sus transportes, en el generador del residuo.

Por el contrario, las instalaciones móviles se diseñan con el objeto de desplazarse dentro de escombreras, según la disposición de los materiales en la misma, entre distintas obras o zonas con varias obras para tratar los escombros producidos. Este tipo de instalación se caracteriza principalmente porque cada elemento (criba, machacadora, etc.) está instalado sobre un equipo autoportante, normalmente de orugas, que permite su propio desplazamiento y la carga sobre camión. La combinación de varias de estas unidades, según necesidades, puede alcanzar incluso mayor versatilidad que una instalación fija.

El equipo principal en estas instalaciones es la machacadora. La machacadora se compone de un alimentador de cadenas, un molino de impacto o hidráulico y un electroimán. El primero, recibe los escombros y los introduce en el molino que los machaca hasta el tamaño previsto. A la salida, el electroimán separa la fracción férrica, principalmente ferralla contenida en el hormigón.

La determinación sobre la instalación de una planta móvil dependerá de factores tanto técnicos como económicos como son el volumen de escombros que se producirá en la obra, la existencia de selección en origen y las fracciones obtenidas en la misma, los tipos y cantidades de productos finales y el número de obras cercanas que podrían suministrar escombros. En caso de no existir un balance positivo ni una planta fija en la zona, que admita escombros de naturaleza varia, estos acabarán en escombrera sin tratamiento alguno.

En cualquier caso, la eficacia de estos procesos de reciclado está determinada por la calidad del producto final obtenido, la cual dependerá directamente del tipo de escombro inicial. La cuestión radica en conseguir un escombro de características y calidades homogéneas, lo cual sucede en muy pocas ocasiones, únicamente en aquellas obras que exista una correcta gestión de los escombros producidos basada en la clasificación en origen. Esto se consigue mediante técnicas de separación selectiva de escombros en las obras, a través de varios contenedores o apilamientos de construcción de edificios, en lugar de derribo, premiando la clasificación de materiales sobre la duración de la obra, etc.

Los productos obtenidos se pueden emplear en distintos usos según características. La mejor calidad se obtiene mediante triturado y clasificado y la peor, únicamente con cribado. Los usos más habituales son como material estabilizador de explanadas, drenajes, subbases de carreteras, aporte en mantenimiento de pistas y caminos, consolidación de terrenos, rellenos varios, etc. Se han realizado multitud de ensayos para determinar las propiedades exactas de cada tipo de producto con el objetivo de ampliar su campo de uso. Hoy en día, la aplicación más ambiciosa es el empleo como árido en hormigón.

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